domingo, 23 de noviembre de 2014

C y P


Pequeños mios aguarden no sean impacientes
Mi llegada nosé cuando se concretará
Angelitos míos no reclamen,
Que tarde o temprano nuestro reencuentro sucederá

Son dos estrellas fugaces en este mundo sin piedad
Pero felices y tranquilos en la inmensa eternidad
Al fin libres, al fin sin preocupaciones
Entre cometas, planetas y constelaciones

Tristeza tiene quien egoísta piensa
Y no entiende la necesidad de volar
De aquellos seres especiales y ambiciosos
Que no les gusta esperar para encontrar la libertad

La pequeña avenida de la vida está llena de solitarios transeúntes
Algunos cabizbajos y otros ansiosos por alcanzar el final
Mis pequeños, mis lágrimas no son de tristeza sino de júbilo
Porque su voraz curiosidad, les llevó a alcanzar la inmortalidad.



1 comentario:

Anónimo dijo...

jajaj tremenda basura. a la altura de arjona y toda esa manga de intelectuales al peo que tienen que goglear palabras para que se haga mas ''rico en prosa y verso''