miércoles, 13 de octubre de 2010

Declaración de rebeldía ante Dios

Que los santos y sus iglesias aparten la mirada
De lo que provocas en mi, pues ciertamente
Si conocieran lo que ocultan mis ojos,
Me relegarían a las llamas eternas por avergonzar a dios

Y el mismísimo demonio reiría complacido
Por ver en mí, la pasión que ningún hombre jamás concibió
de seguro se tendrían que redefinir palabras como:
Lujuria, amor, intensidad y muerte, pues en cada mirada tuya, mi alma resucita.

Quizás en los cielos, se produciría una revolución
Donde los Ángeles entenderían a través de mi sentir
Que el sentir de un humano es más grande que la misma eternidad
Y sin duda, Jesucristo me nombraría su segundo enemigo

Pero que más da, reflexionaría yo, si mi sentir no lo calla nadie
Que el mismísimo dios me destierre de su paraíso,
Y que los humanos me condenen a la persecución en vida,
Pero nada de eso acallara el huracán que provocas en mi corazón

Tu sonrisa de cristal, reflejan mejor que mil espejos
La pureza de tu corazón, tus ojitos, son la diosa alegría
que danza en cada mirada que lanzas a la vida,
y tu cuerpo, el lugar donde quisiera vivir por años

y recorrer, rincón a rincón, los placeres que me apartaran de la eterna salvación