
Y Entre lágrimas me pediste que siguiera
Pudriéndote el alma, la carne mordisqueada
El cielo sin estrellas, nocturna ceguera
Incesante desprecio hacia tu humanidad
Celestial sonido de músculos, huesos y cartílagos
Látigos de sal en tu herida eterna de mujer,
Resistiendo a la procaz verbalidad que inunda nuestro acto
Derribando las barreras pudorosas de tu propio ser
La sangre cociendo nuestra sensatez,
Ya somos solo lluvia cayendo sobre el mar
Mis lágrimas y las tuyas implorando conocer
Lo que los humanos sienten al amar
La sentencia ya esta escrita, dame las coordenadas
Vamos a someternos a la cruel tortura
Diremos las palabras indicadas y soñaremos con un mañana
Y Comeremos nuestro corazón en ese estúpido acto de locura
Promesas de dudosa procedencia,
Eyaculaciones profundas de territorialidad,
Tu me niegas, yo te niego
¿Y viviremos felices para siempre?